Si la columna nunca se desmorona ¿sabrás que estoy en su vestido duro, apoyada mi cabeza, la lengua rígida, los ojos cosidos? ¿Sabrás que pienso en tu envoltorio, la palabra desviada en el cemento? Si tu cuerpo fuera esa columna, apoyada mi cabeza, los ojos rígidos, la lengua dura, ¿sabrás que se desmorona mi vestido en tu palabra? María Kril