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Mostrando las entradas de junio, 2017

reducción del daño, por ayelén rives

El ruido Dicen que es tiempo y bueno de oír el son del cuerpo verdadero, de sentarse a mirar la calma chicha del atardecer. Pero ni chicha ni calma, me voy desoyendo las voces que señalan los caminos rectos. Desoigo también mis pequeñas rebeldías, les corto el pelo, las hago sonreír para la foto, y recién entonces me doy cuenta de su falta de naturalidad, de su coraza de piedra. Desoigo las caras del mundo, como andan todos, desoyéndose, gritándose en la nada mientras los murmullos se agitan dentro. Desoigo por último el silencio, por miedo a lo que las cosas sin palabras puedan decir. Reducción del daño Cuanto más largo el pelo, más densos los pensamientos, todo de un seco quebradizo. Los claveles del aire colgando largo me rozan el pelo, recuerdo. Pienso en llevarte un cactus pero ya es demasiado tarde. La habitación humedecida se hunde conmigo dentro (es decir, dentro una jauría hambrienta persiguiénd

What shall i do?, por ayelén rives

V ¿Qué hago yo? Silencio en el campo si el viento no sopla. Miro esas flores blandas y sus raicillas, pruebo el pasto duro de comer, rasco la corteza del sauce llorón y su savia resinosa se pega a mi piel. Yo no estoy hecha del mismo material. Ellas tienen su razón de ser: las vacas se alimentan del pasto y de las flores, nosotros comemos nuestras vacas. El color de la mañana, ellas lo dictan; después de la nieve también florecen. ¿Qué hago yo? Me acomodo sobre las hierbas tiernas que desbordan entre las piedras y el arroyo. Abrazada a las rodillas, evito mirar el valle poblado que se abre al otro lado del agua. ¿De qué estoy hecha? Un agujero en el estómago. V What shall I do? Silence in the countryside if the wind doesn’t blow. I look at those tender flowers and their little roots, I taste de grass, hard to eat, I scratch the bark of the weeping willow and its sap sticks to my skin. I’m not made of the same material. Th

equus, por silvia makler

Il tombe la nuit, avec son poid d´ambre et rien se laisse écouter, rien ne s´écoute pas ni voix, ni chant, ni arbre, ni fleur ni violon, ni plainte il n y a que le lente passage des souvenirs et des désirs, le démessuré galop il n y a que chevaux rien que chevaux Cae, con su peso de ambar, la noche que nada deja escuchar, ni nada escucha ni voz, ni canto, ni arbol , ni flor ni violín, ni lamento solo el lento pasaje de los recuerdos y el desmesurado galope de los deseos solo caballos nada más que caballos.

winnipeg city, silvia makler

WINNIPEG CITY AU CENTRE DU COEUR DU MONDE AU DESSOUS D´UN TALIT DE PAPILLONS BLANC UN OBSCUR ANIMAL AIME SA BLESSURE IL Y A UN TRAIN QUI FUIT L´ ENFANCE ET DERRIÈRE LE VOILE GRIS QUI NOUS ENDORME ÉTINCELE TOUT CE QUI EST PERDU AU LOIN LA VILLE SUPURE SA TRISTESSE C´EST PAR CELA QUI LES FEMMES METTENT DU PARFUM CHEZ LE COIFFEUR, DAN SON AIR MALSAIN en el centro del corazón del mundo bajo un talit de mariposas blancas un oscuro animal goza su herida hay un tren que huye de la infancia y tras el velo grisaceo que adormece está brillando todo lo perdido lejos la ciudad supura su tristeza tal vez por eso se perfuman las mujeres en el aire rancio de las peluquerias