Sobre el libro Perú de Teresa Orbegoso
Por Inés Manzano
Como en el resto de su obra y como corolario de la trilogía que forma con Yana wayra y Mestiza, Perú insiste con la pregunta por la identidad, pero lo hace desde el dolor de haber perdido el idioma para responderla. A sangre y fuego, sobre el cuerpo despojado de los hermanos, el amo que los hizo esclavos planta la bandera de su lengua, de su cultura, de sus comidas, de sus vestidos. Hay que coser nuestra bandera rota, dice Teresa Orbegoso. Coser a ella la memoria de nuestra comida luminosa, nuestros cantos, nuestro idioma perdido. Todo el libro se estructura como un diálogo entre dos poemas, dos relatos. Uno íntimo, familiar, privado. Otro: el de la Historia con mayúscula, el de la épica que conduce a la rebelión. Se reclama a los padres que nos taparon los ojos, que no respondieron a la angustia infantil e interrogadora. ¿Qué sabía yo de niña?, pregunta y se pregunta la poeta. El recuerdo se hace difuso, ilegible. Porque cuando le negaron el nombre de lo que pasaba, no la preservaron del olvido. Ese impulso al olvido que también les reprocha a sus compatriotas. Ellos, como los padres, prefieren clausurar los sonidos, las imágenes y privarlas de la voz potente de la memoria. Todos somos culpables, les dice, de estas ruinas, de este saqueo si no lo denunciamos. Y si la construcción de una casa se hace con escombros, como afirma el poema, será con los escombros de la lengua rota la construcción posible de la patria. Ahí están los poetas tutelares convocados para coser una palabra a otra y a otra en un tejido colectivo que descosa la mordaza. Las palabras convocadas como huayco, un aluvión, un río desbordado. Y por fin, el lector, convocado a que se pierda como en todo poema, buscando lo que hasta ahora no se pudo decir. A que lo diga: agrega tu nudo al quipu, entra en su poema. A eso están invitados. A entrar en Perú para construirlo descifrándolo. Para que podamos reconocernos en su escritura.
Inés Manzano
Por Inés Manzano
Como en el resto de su obra y como corolario de la trilogía que forma con Yana wayra y Mestiza, Perú insiste con la pregunta por la identidad, pero lo hace desde el dolor de haber perdido el idioma para responderla. A sangre y fuego, sobre el cuerpo despojado de los hermanos, el amo que los hizo esclavos planta la bandera de su lengua, de su cultura, de sus comidas, de sus vestidos. Hay que coser nuestra bandera rota, dice Teresa Orbegoso. Coser a ella la memoria de nuestra comida luminosa, nuestros cantos, nuestro idioma perdido. Todo el libro se estructura como un diálogo entre dos poemas, dos relatos. Uno íntimo, familiar, privado. Otro: el de la Historia con mayúscula, el de la épica que conduce a la rebelión. Se reclama a los padres que nos taparon los ojos, que no respondieron a la angustia infantil e interrogadora. ¿Qué sabía yo de niña?, pregunta y se pregunta la poeta. El recuerdo se hace difuso, ilegible. Porque cuando le negaron el nombre de lo que pasaba, no la preservaron del olvido. Ese impulso al olvido que también les reprocha a sus compatriotas. Ellos, como los padres, prefieren clausurar los sonidos, las imágenes y privarlas de la voz potente de la memoria. Todos somos culpables, les dice, de estas ruinas, de este saqueo si no lo denunciamos. Y si la construcción de una casa se hace con escombros, como afirma el poema, será con los escombros de la lengua rota la construcción posible de la patria. Ahí están los poetas tutelares convocados para coser una palabra a otra y a otra en un tejido colectivo que descosa la mordaza. Las palabras convocadas como huayco, un aluvión, un río desbordado. Y por fin, el lector, convocado a que se pierda como en todo poema, buscando lo que hasta ahora no se pudo decir. A que lo diga: agrega tu nudo al quipu, entra en su poema. A eso están invitados. A entrar en Perú para construirlo descifrándolo. Para que podamos reconocernos en su escritura.
Inés Manzano
Buenos Aires-Diciembre 2015. Texto leído en el video del libro Perú
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Teresa Orbegoso (Lima, 1976). Licenciada en Periodismo.
Investigadora social. Escritora. Actualmente cursa la maestría en Escritura
(UNTREF).
Ha publicado los libros de poesía: Yana wayra (Ed. Urbano
marginal, Lima, 2011); Mestiza (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2012); La
mujer de la bestia (Ed. Trópico Sur, Maldonado, 2014); Yuyachkani junto a la
artista plástico Zenaida Cajahuaringa (Ed. La purita carne, Lima, 2015) y Perú
(Ed. Buenos Aires Poetry, Argentina, 2016).
Ha compuesto la música para el libro La casa sin sombra
de Claudio Archubi.
Ha sido invitada a varios festivales internacionales de
poesía. Reseñas sobre su escritura, sus libros y poemas aparecen en distintas
revistas latinoamericanas.
Tiene a su cargo la página de entrevistas a creadores hispanoamericanos
migrantes: Migraciones poéticas.

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