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maría kril

Todo se parte se chupa hacia adentro los laterales del corazón la primera luna sobre los peces se desmorona callado el sufrimiento el alimento de la boca abierta y pide auxilio el que cuelga de las débiles riendas las sogas esperando el cuello tenaz abran la puerta no si afuera llueve y el barro tapa la copa de los árboles se aligeran los pasos las marcas que también imploran el nuevo camino las piedras que aúllan sobre esa alfombra de huesos vuelvo a verlos en la persecución de la noche negra todo se agrieta el súbito minuto que declina la boca abierta como pozo gigante que atrae el eco del grito que suspende al soberano que ha dicho yo soy el oro del sol ahora y en la hora de tu muerte.


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